Laura se sentía feliz, Patt le había echo daño obligándole a dejar a Mia por todos los medios, pero no la necesitaba.
Decidió salir a comerse el mundo, comprarse ropa, se sentía bonita, se compró muchísima ropa sin importarle el dinero.
Pero un impulso la llevo a abrir su buzón, iba cargada con las bolsas, pero aún así...
De repente una carta solitaria en el buzón con un sobre rosa, donde solo ponía <Mia>
-¡Oh no! Mia...-
Leyó la carta con atención y desde la primera palabra le cayeron las lágrimas una tras otra, subió a toda prisa a su casa y metió todos los vestidos en el horno, temperatura a tope y los calcinó, no quedó ni un mísero rastro de ellos.
Laura no dejaba de llorar, se encerró en el baño y se reencontró con Mia...